Capítulo 5: El Coliseo. Elvéniador.

sábado, 22 de agosto de 2009

Tras pasar dos días en un calabozo, Shulliandlir y Shadak-Uhr eran transportados en un carro conducido por Neriador y su banda.
Los compañeros charlaban tranquilamente, eso frustraba a Neriador, ya que él nunca había secuestrado a experimentados mercenarios y sus víctimas siempre iban aterrorizadas.
-Tenéis dos opciones: O luchar por separado en el Coliseo o juntos.
Los amigos, intercambiando una mirada de complicidad dijeron a la vez:
-Juntos.
-Muy bien- les respondió Neriador- entonces la primera ronda será contra dos oponentes, luego contra tres y por último contra cuatro. Vosotros lucharéis con lo que lleváis encima, vuestros rivales, hombres de mi banda, elegirán sus armas. Las rondas serán seguidas, no habrá descanso, si vencéis liberaré a vuestro amigo.
-¿Y si no?- preguntó amenazadoramente Shulliandlir.
-Seréis ejecutados.
El resto del viaje Shulliandlir y Shadak-Uhr hicieron que dormían mientras hablaban por la red mágica que Shadak-Uhr había tejido. Trazaban planes sobre como huir, ya que sabían que Neriador no les devolvería a su amigo.
Al final acordaron que al acabar la lucha con un hechizo Shadak-Uhr teletransportaría a Neriador junto a ellos y lo usarían como rehén para escapar con Glomli.
Llegaron al coliseo.
Era un círculo rodeado de gradas toscamente hechas con madera, en ellas había sentada gente de muchas razas, probablemente bandidos. Estaba situado en un claro del bosque de Imin. Había dos puertas que daban al círculo, encima de una de ellas había un palco en el que se sentaba Neriador.
Mientras el subía allí, Shulliandlir y Shadak-Uhr fueron colocados en una de las puertas y Neriador comenzó a hablar:
-Queridos compañeros. Estas personas quieren liberar a su amigo, por tanto han de pasar una prueba, y he elegido la prueba del Coliseo. Como ya sabéis en que consiste daremos comienzo a la actuación.
La puerta se abrió y los compañeros entraron.

Romdrin e Izindriel continuaban por el camino en lo que sería la última jornada de viaje. Después de la defensa de la aldea, los compañeros habían pasado dos días sin casi hablar, pero el tercer día de viaje que era el último había amanecido soleado y había levantado los ánimos de los Elegidos.
Charlaban animadamente y reían con el sol brillando sobre sus cabezas, al mediodía avistaron los grandes edificios que caracterizaban a Elvéniador.
Después de comer continuaron caminando y llegaron media hora más tarde. Al entrar en la ciudad vieron una gran cantidad de arqueros en las murallas.
Mientras caminaban por las calles de Elvéniador observaron la urbe. Era una ciudad fortificada, con unas imponentes murallas y calles empedradas las casas eran de piedra, excepto las más pobres que eran de madera. Poca gente caminaba por la ciudad. Algunas cargaban con fardos que probablemente serían sus pertenencias. Lo que más se veía eran soldados.
-¿Cómo crees que les irá a Shulliandlir y Shadak-Uhr?- preguntó Romdrin
-Se les veía unos experimentados guerreros y grandes amigos. Yo creo que bien.

Lo que no podían saber es que en esos momentos sus amigos estaban en una lucha a muerte por salvar a Glomli.
El mago y el guerrero, que eran sus primeros contrincantes, acababan de aparecer.
El guerrero era un Humano de aspecto amenazador que con una mano habría podido estrujar a Shulliandlir, iba armado con una espada a dos manos, una daga y llevaba colgado en la espalda un escudo. El mago era otro Humano flacucho armado con una daga y un arco
Mirándose antes del ataque Shulliandlir preguntó:
-¿Listo?
-Listo- le respondió Shadak-Uhr. Acto seguido comenzó a murmurar palabras mágicas luchando contra el mago.
El guerrero enemigo se lanzó al ataque dirigiéndose hacia Shulliandlir. Cuando llegó hasta él ya no estaba, luego escuchó una voz susurrándole al oído:
-Podría matarte de muchas maneras…
El guerrero lanzó un codazo hacia atrás, pero solo golpeó aire.
Luego volvió a escuchar la voz a su derecha:
-Podría hacerte sufrir…
El guerrero bandido, desesperado, lanzó una estocada hacia la derecha y solo atravesó aire.
-Aunque prefiero no hacerlo- completó la voz a su izquierda.
Fue lo último que escuchó ya que se desplomó con la garganta degollada.
Shulliandlir estaba detrás de él con una daga que goteaba sangre.
Solo un Elfo Oscuro experimentado podía vencer a Shulliandlir.
Mientras, Shadak-Uhr había estado intentando romper las defensas mágicas del mago y, al conseguirlo, le lanzó un rayo que lo fulminó.
-¿Qué tal te ha i…?- Shadak-Uhr no pudo completar la frase porque Shulliandlir lo tiró al suelo. En ese momento una flecha pasó por donde había estado la cabeza de Shadak-Uhr.
Shulliandlir vio a un arquero Elfo Oscuro, un Orco guerrero y un Elfo mago en la puerta por la que debían salir sus contrincantes.
El Elegido le lanzó una furiosa mirada a Neriador, que se encogió de hombros y dijo:
-Dije que no habría descanso.

Izindriel y Romdrin entraron en la posada El Barco de Imuldis. Al entrar se encontraron en una sala llena de mesas donde la gente comía y bebía, el sitio estaba decorado con objetos del mar, desde redes de pesca hasta un timón.
Entraron y se dirigieron al posadero:
-Querríamos cuatro habitaciones.
-¿Por qué cuatro, si solo son dos?- preguntó extrañado Imuldis, pues ese era el nombre del posadero.
-Esperamos a unos amigos- le contesto Romdrin.
-Muy bien.
Estuvieron un rato charlando con Imuldis y bebieron un poco. Luego salieron a dar un paseo.
-Es una bonita ciudad- comentaba Romdrin.
-Además tiene unas sólidas murallas- añadió Izindriel.
De repente Romdrin se paró en seco mirando extrañado un lugar donde la muralla se ensanchaba la muralla.
-¿Qué ocurre?- se extrañó Izindriel.
-Mira estas inscripciones que hay en la muralla- le respondió Romdrin- Parece… ¡Parece el Idioma Antiguo!

Tras incorporarse Shadak-Uhr se preparó para luchar contra el mago pero una flecha le hizo tirarse al suelo.
-No puedo enfrentarme al mago con una maldita lluvia de flechas- dijo Shadak-Uhr.
-Bien, puedo intentar esquivar al guerrero y matar al arquero. Entonces si podrás.
-¡Así quedarás encerrado!- exclamó Shadak-Uhr
-¿Ves otra opción?- preguntó Shulliandlir con una sonrisa.
Antes de que contestara se lanzó corriendo con una velocidad que caracterizaba a los Elfos Oscuros y se encaró con el guerrero, que ya estaba en el centro del círculo, sin dejar de correr. Dio un salto y cayó agazapado para saltar con la potencia que su carrera le había proporcionado derribando al guerrero. Luego siguió corriendo hacia el arquero, que había disparado otra flecha hacia Shadak-Uhr sin éxito. El mago enemigo lanzó una bola de fuego contra Shulliandlir. Que continuó sin que la bola le tocara gracias a los escudos mágicos de Shadak-Uhr. Shulliandlir llegó hasta el arquero y le atravesó con su daga, ya que éste solo le había dado tiempo a tirar el arco para desenvainar su espada. Shulliandlir cogió el arco y el carcaj y, cargando una flecha, apuntó con el arco al mago, que perdió la concentración y murió cuando un torrente de agua mágico le cayó encima.
Rápidamente Shulliandlir volvió hasta Shadak-Uhr.
-Buen trabajo- le felicitó el Orco.
-Gracias- respondió sin aliento Shulliandlir.
Shadak-Uhr se dio cuenta de que su amigo tenía una herida en la barriga que sangraba abundantemente.
El Elfo Oscuro, al ver la mirada de su amigo le dijo:
-El guerrero…
Y salieron los rivales de la última ronda.

Izindriel salió corriendo hacia la posada en busca del pergamino que cada Elegido tenía con el abecedario del Idioma Antiguo mientras Romdrin observaba la muralla. Se dio cuenta que encima de las inscripciones había un sol. Las inscripciones eran:



Pasados cinco minutos volvía Izindriel sin aliento con el pergamino en la mano. Tras recuperar un poco el aliento se sentó y comenzó a traducir anotándolo en otro pergamino que traía. El texto rezaba así:
“Cuando el sol esté en lo alto posa tu mano sobre él”
-Mira,- señaló Romdrin- ese debe de ser el sol del que habla la inscripción.
-¡Esto puede ser el lugar donde está Amanriel!- exclamó Izindriel esperanzada.
-Pero debemos esperar por nuestros amigos dos días más antes de entrar- le recordó Romdrin.
-Dentro de dos días, al mediodía, entraremos, con o sin ellos.- juró Izindriel.

Shulliandlir cargó el arco y apuntó con él en horizontal, forma de disparo de los elfos escuros, al grupo formado por un guerrero Humano, un arquero Elfo, y dos magos, un Orco y un Elfo Oscuro.
“Bien- pensó Shulliandlir para hablar con Shadak-Uhr por la red mágica- puedo matar al arquero o a un mago y luego me enfrentaré al guerrero.
“Mata primero al arquero. Creo que podré resistir contra los dos magos- oyó pensar a Shadak-Uhr. Era una sensación extraña escuchar pensamientos de otra persona en tu cabeza.
Shulliandlir esperó a que el Elfo apuntara, ya que se quedó quieto y soltó la cuerda alcanzando a su rival en la cabeza. El guerrero se lanzó hacia él y, desenvainando la espada y una daga se preparó. Shadak-Uhr comenzó a lanzar hechizos como bolas de fuego y rayos contra sus enemigos a la vez que recibía ataques que eran parados por sus defensas mágicas que se iban debilitando.
Shulliandlir y su oponente se miraron midiéndose mutuamente. El primero en atacar fue el Humano que, armado con espada y escudo, lanzó un ataque de derecha a izquierda que Shulliandlir paró con su espada y, poniendo la daga hacia atrás atacó con ella al Humano, que la paró con su escudo. Empujando a Shulliandlir hacia atrás el guerrero lanzó un ataque desde arriba hacia abajo con la intención de partir a Shulliandlir a la mitad, éste consiguió detener el golpe, pero la espada se le resbaló de la mano debido a la debilidad provocada por su herida. Aprovechándose de la momentánea parálisis de su rival, el Humano, esgrimiendo su espada, lanzó un ataque para atravesar a Shulliandlir, éste, recuperándose, saltó hacia atrás, aunque no lo suficientemente rápido para que su contrincante no le inflingiera una herida en el hombro derecho. Shulliandlir cayó al suelo de espalda pensando que todo estaba perdido, pero acordándose de su daga, esperó a que su rival elevara su arma para dar el golpe final, y le lanzó el puñal directo al corazón, el Humano cayó de rodillas y se desplomó a un lado.
Shadak-Uhr, se hallaba en apuros. Sus escudos mágicos no aguantarían más de un hechizo. Con horror vio como sus enemigos comenzaban a invocar bolas de fuego. Cuando alzaron sus manos para lanzarlas uno de ellos cayó abatido por una flecha rompiendo la concentración del otro, así Shadak-Uhr le destruyó tirándole toneladas de roca encima.
Shulliandlir sostenía el arco en la mano cuando se acercó a Shadak-Uhr y le preguntó:
-¿Listo?
-Listo- le respondió éste.
Murmurando unas palabras en el idioma de la magia, Shadak-Uhr señaló a Neriador con la mano y, para asombro de todos los espectadores comenzó éste comenzó a levitar hasta los Elegidos. Rápidamente, Shulliandlir lo agarró y le puso una daga al cuello.
-¡Bien! -gritó- ¡Si queréis que vuestro querido jefe siga con vida, entregadnos al Enano y dadle sus armas!
Neriador, que nunca había estado en una situación como esa, gritó a sus subordinados que trajeran al Enano. Éstos obedecieron, ya que sin su jefe no eran nada.
Glomli fue dejado en el medio del círculo y corrió hasta sus amigos.
-¡Ya era hora! –gruñó el Enano desenfundando su hacha y mirando desafiante a los bandidos.
-¡Ahora, quiero un carro con dos caballos!- añadió Shulliandlir.
-¡Haced lo que dice!- gritó aterrorizado Neriador.
Cuando el carro estuvo listo Shadak-Uhr hizo arder en llamas los demás y se subieron con Neriador incluido.
-Glomli, ¿Serías tan amable de atender a nuestro querido amigo?- le preguntó Shulliandlir con una sonrisa cansada
-No lo dudes- respondió el Enano aceptando la daga que su compañero le ofrecía y poniéndosela a Neriador en el cuello.
Shulliandlir, con un gemido, comenzó a vendarse sus heridas con vendas que sacó de su zurrón.
El viaje hasta Guildriel se convirtió en un infierno, con Shulliandlir muriéndose, Neriador maldiciendo y el conocimiento de que eran perseguidos lo convirtió en algo insufrible. Al final llegaron a Guildriel y dejaron de ser perseguidos.
Neriador fue entregado a las autoridades y Shulliandlir atendido por curanderos.
No hubo manera de convencer al Elfo Oscuro de que se quedara en Guildriel a descansar así que emprendieron el viaje en el carro de los bandidos rápidamente, ya que solo tenían dos días para llegar a Elvéniador.
Fueron despedidos entre los víctores de la población por haber capturado a Neriador.
Al atardecer llegaron a una aldea que estaba en medio del camino. Pararon a comprar provisiones. Al entrar en la aldea toda la gente miraba al grupo como si recordaran algo.
Cuando le dijeron a un granjero que querían comprar provisiones éste les preguntó:
-¿Conocéis a Izindriel y Romdrin?- preguntó al grupo.
-¿Cómo sabe el nombre de nuestros amigos?- le preguntó a su vez Glomli.
-¡Son ellos, son el resto de los Elegidos de los que nos hablaron Romdrin e Izindriel!- comenzó a gritar el granjero a los demás habitantes.
Una hora más tarde salían del pueblo con el carro cargado de provisiones y ropa. La aldea no era otra que la que Romdrin e Izindriel habían defendido. Los aldeanos les explicaron la defensa de la aldea al grupo y éstos prosiguieron su camino.

Ya era mediodía. Romdrin e Izindriel se hallaban ante la inscripción del Idioma Antiguo. Los amigos posaron sus manos tristemente sobre el sol grabado en la roca. Estaban tristes porque sus amigos no habían aparecido, eso significaba que probablemente habrían fracasado y muerto. Las rocas se apartaron mágicamente dejando abierto un pasadizo no muy ancho hecho de piedra, que mostraba signos de abandono como telarañas y algunas rocas en el suelo. Sin embargo las antorchas que estaban en las paredes estaban encendidas. El pasadizo bajaba.
-Adelante- murmuró Romdrin sin mucho convencimiento.
Los amigos iban a entrar cuando escucharon una voz grave detrás suya que preguntaba:
-¿A dónde creéis que vais sin nosotros?
Romdrin e Izindriel se giraron alarmados y vieron, con gran alegría a Glomli en el medio de Shadak-Uhr y Shulliandlir.
Tras un cálido reencuentro y una breve explicación de lo que habían hecho mientras estuvieron separados, los cinco Elegidos, unidos nuevamente, se internaron en el pasadizo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, perdón por no entrar en tanto tiempo. Leí tu capítulo y tenía escrita una buena crítica, pero la computadora no sé que hizo y se borró, no tengo paciencia para volver a escribirla, así que perdón si te digo que revises el capítulo sin muchas explicaciones.
Pero sí te puedo guiar. Para empezar, cuando tus personajes entran a Elvéniador, repites muchas veces “muralla”… también repites “calle” y “ciudad”. Perdón si sueno fría, pero no tengo mucho tiempo para entrar a INTERNET y te quería dejar mi impresión de todas formas.
Después repites aliento cuando Izindriel regresa de la posada con las runas, aunque esa no es una repetición tan grave, pero hay otras formas de decir lo mismo.
Hay otros errores, los más graves están los dos en el grupo que sale del Coliseo. Primero dices que Shulliandlir fue herido en el “hombre” en lugar de “hombro”. Y luego cuando el elfo, el orco y el enano llegan a la aldea que Izindriel y Romdrin habían salvado, dices: “¿Conocéis a Izindriel y Glomli?”, cuando debiste haber dicho Romdrin. Ese creo es el peor error de todos.

Luego no recuerdo si había marcado otro error, porque la compu me los borró todos. De cualquier forma te recomiendo que leas el capítulo con mucha atención para encontrar todo lo que te maree al leerlo.
En general me gustó mucho, aunque siempre me dejas con esa intriga, que no termina de irse nunca… Bueno de todas formas te felicito y sigue adelante!! Saludos… Lore_92

L.L.V dijo...

Tranquila, no tengas prisa por entrar, primero haz lo que tengas que hacer fuera de internet, no quiero que hagas mal algo por entrar en internet. Bien, muchas gracias por los fallos, serán corregidos en diez minutos :)
Saludos.

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